2 de enero de 2010

Paulo Freire y la enseñanza de las TIC

En "La educación en la ciudad" dice Freire en la pág. 114, respondiendo la pregunta de Moacir Gadotti para la revista Forma de Lisboa en el año 1989 :

“Nuestro objetivo, hasta el final de la administración, es el de implantar computadoras en todas las escuelas del sistema, para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pienso que la educación no se reduce a la técnica, pero no se hace educación sin ella. No es posible, en mi opinión, comenzar un nuevo siglo sin terminar éste. Creo que el uso de computadoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en lugar de reducir, puede expandir la capacidad crítica y creativa de nuestros niños y niñas. Depende de quien las usa, en favor de qué y de quién, y para qué.
Ya pusimos lo esencial en las escuelas, ahora podemos pensar en poner computadoras. Al final, necesitamos superar el atraso cultural de Brasil con relación al Primer Mundo. No vinimos a la Secretaria de Educación para asistir al fin de las escuelas y de la enseñanza, sino para empujarla al futuro. Estamos preparando el tercer milenio, que va a exigir una distancia menor entre el saber de los ricos y el saber de los pobres”

Estas palabras tienen mayor sentido en el contexto en que se pronuncian; en aquella fecha, Freire era responsable de la Secretaria Municipal de Educación de la ciudad de Sao Paulo, en la que hacía pocos meses había recalado tras ganar las elecciones municipales el Partido de los Trabajadores en 1988. Paulo Freire recibió el encargo de la alcaldesa Luiza Erundina de llevar adelante las políticas educativas del mencionado partido en una de las más importantes ciudades de Brasil. El propio Freire habia sido fundador en 1980 del Partido de los Trabajadores dada su condición de educador progresista relacionado muy claramente con la Teología de la Liberación y, sobre todo, con la educación de los más pobres. Entrando un poco en el fondo de la cuestión, Paulo Freire, como en otras muchas cuestiones educativas y sociopolíticas, tenía una visión muy avanzada, que aún tiene una validez indudable.

Una escuela pública, desde el punto de vista de Freire, es fundamentalmente democrática, donde sea posible el diálogo entre autoridad y libertad; dice al respecto en el mismo libro que mencioné al principio, algo que es clave para entender su idea de una escuela democrática:

"No tengo duda alguna de la necesidad que tenemos (...), en prácticas de naturaleza democrática. Prácticas en las que aprendamos a lidiar con la tensión entre autoridad y libertad, de la que no se puede escapar a no ser con prejuicios hacia la democracia. Tenemos que superar nuestra ambigüedad con relación a las tensas relaciones entre autoridad y libertad. Cuanto más auténticamente vivo esa tensión, tanto menos temos a la libertad y menos niego la autoridad necesaria."




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